Introducción
Hoy en día, Internet se ha convertido en parte esencial de la vida de niñas, niños y adolescentes. Les permite estudiar, jugar y comunicarse con amigos y familiares, pero también conlleva riesgos que debemos conocer y prevenir (Anderson & Jiang, 2018). Desde una perspectiva cognitivo-conductual, es fundamental enseñar a los menores a identificar pensamientos y comportamientos que puedan generar un uso inadecuado de la tecnología, así como a adoptar hábitos digitales saludables. En este artículo, compartiremos estrategias sencillas para fomentar la seguridad en línea y fortalecer la autorregulación, ayudando a las familias a aprovechar al máximo los beneficios de Internet.
Importancia de la Guía Familiar en el Uso de Internet
El papel de la familia es crucial para que los menores desarrollen una relación equilibrada con la tecnología. Niñas, niños y adolescentes, al encontrarse en pleno desarrollo cognitivo y emocional, suelen ser más vulnerables a los engaños en línea, el ciberacoso o los contenidos inapropiados (OECD, 2019). Por ello, la supervisión y el diálogo abierto son herramientas imprescindibles para detectar posibles riesgos.
De acuerdo con el enfoque cognitivo-conductual, es importante ayudarles a identificar pensamientos negativos o creencias excesivas sobre la necesidad de estar conectados todo el tiempo. Por ejemplo, cuando piensan: “Si no estoy en redes sociales, perderé a mis amigos”, se generan emociones de ansiedad e inseguridad. Al replantear estas ideas, los menores pueden descubrir que el contacto presencial y otras actividades son igualmente valiosas y satisfactorias.
En paralelo, la familia puede establecer límites claros, horarios para desconectarse y reglas sobre los sitios permitidos, creando así un entorno digital seguro y responsable en el hogar.
Estrategias Cognitivo-Conductuales para Niños y Adolescentes
1. Definir Propósitos y Metas de Uso:
Antes de encender la tablet o computadora, pregunta a tus hijos para qué quieren usar Internet. ¿Es para estudiar, jugar o conversar con amigos? Al tener un objetivo específico, se reduce la posibilidad de distraerse o ingresar a sitios peligrosos (Mills, 2014).
2. Establecer Límites Claros y Rutinas:
Crear horarios fijos para conectarse y desconectarse. Por ejemplo, no usar dispositivos durante las comidas o antes de dormir. Esta rutina ayuda a desarrollar la autorregulación y a prevenir la sobreexposición a estímulos digitales.
3. Fomentar el Diálogo:
Mantén una comunicación abierta sobre lo que ven en línea. Pregúntales cómo se sienten y si algo los hace sentir incómodos o asustados. Esta práctica reduce el miedo a hablar de problemas como el ciberacoso y ayuda a los adultos a intervenir de manera oportuna (Anderson & Jiang, 2018).
4. Enseñar a Reconocer y Cuestionar Contenidos:
Invita a los menores a dudar de la información que leen en Internet. Enséñales a verificar la fuente y a contrastar datos en diferentes páginas o con personas de confianza. Así, se evitan engaños y se fomenta el pensamiento crítico (OECD, 2019).
5. Practicar la Autorregulación Emocional:
Muéstrales técnicas sencillas de respiración o relajación. Si perciben que se sienten abrumados por el chat o las redes sociales, pueden usar estas técnicas para calmarse y decidir si realmente quieren seguir conectados.
Herramientas y Consejos Prácticos
• Control Parental y Filtros de Contenido:
Programas como Qustodio o Norton Family permiten bloquear páginas inapropiadas y establecer límites de tiempo. Esto ofrece tranquilidad a las familias y reduce la exposición a contenidos dañinos .
• Códigos de Seguridad y Contraseñas Fuertes:
Enseña a tus hijos a crear contraseñas seguras, usando letras, números y símbolos. Recuérdales no compartir estas contraseñas con nadie, excepto con sus padres o tutores de confianza.
• Aplicaciones Educativas y de Entretenimiento Adecuado:
Plataformas como YouTube Kids, Duolingo o Khan Academy ofrecen contenido supervisado y apto para su edad. Es importante validar que las apps cuenten con filtros y políticas de privacidad confiables.
• Espacios de Participación Compartida:
Comparte tiempo navegando juntos por páginas educativas o culturales, o realizando actividades en línea que promuevan el aprendizaje y la curiosidad. Esto fortalece el vínculo familiar y facilita la supervisión.
Conclusiones
Promover un uso seguro de Internet para los menores requiere un trabajo conjunto entre familia, escuela y comunidad. A través de la perspectiva cognitivo-conductual, se enseña a niños y adolescentes a cuestionar sus pensamientos sobre la conexión continua y a regular sus emociones al usar dispositivos. Implementar límites de tiempo, mantener una comunicación abierta y optar por contenidos adecuados son pasos esenciales para garantizar que la experiencia en línea sea positiva, formativa y protegida.
Bibliografía
• Anderson, M., & Jiang, J. (2018). Teens, Social Media & Technology 2018. Pew Research Center.
• Mills, K. L. (2014). Effects of Internet Use on the Adolescent Brain: Despite Popular Claims, Many Unknowns. Nature Reviews Neuroscience, 15(1), 13-14.
• OECD. (2019). Trends Shaping Education 2019. OECD Publishing.
Deja una respuesta